En un reciente llamado a la acción, una ONG senegalesa ha instado al gobierno a acelerar la implementación de una ley anti-LGBTQ. Esta solicitud surge tras el encuentro del nuevo presidente de Senegal, Bassirou Diomaye Faye, con Charles Michel, Presidente del Consejo Europeo.
Durante una rueda de prensa el pasado miércoles, Jamra Ong Islamique expresó su preocupación por el reconocimiento de los derechos LGBTQ en Senegal, insinuando que Michel, conocido por su apoyo a la comunidad LGBTQ, podría influir en las costumbres culturales del país. Mamae Makhtar Gueye, de Jamra Ong Islamique, advirtió sobre los efectos de subestimar a los "propagandistas de la homosexualidad", citando la legalización de la "abominación" en países como Gabón, República Centroafricana y Mauricio.
Sin embargo, Gueye ha sido criticado por no haber expresado estas preocupaciones durante la presidencia de Macky Sall, quien también se reunió con Michel. Ahmadou Diaw, académico senegalés, cuestionó las verdaderas intenciones de la visita de Michel, mientras que Cheikh Maï Niang, comentarista social, calificó a Jamra de "organización inútil" que busca restringir la libertad del pueblo senegalés.
La organización ha hecho declaraciones previas contra la comunidad LGBTQ y acusó a la Misión de Observación Electoral de la UE en Senegal de intentar adoctrinar a los senegaleses con una narrativa pro-LGBTQ antes de las elecciones presidenciales de marzo.
Aunque en Senegal no existe una ley que criminalice específicamente a las personas LGBTQ o a sus defensores, el Artículo 319 del código penal sanciona las relaciones sexuales consensuadas entre personas del mismo sexo. Algunos legisladores han intentado sin éxito aumentar la pena de prisión a 10 años.
En 2022, Samm Jikko Yi organizó una manifestación anti-LGBTQ en Dakar, exigiendo penas más severas para quienes se identifican como LGBTQ o abogan por sus derechos. Informes indican que las personas LGBTQ en Senegal han sufrido abusos físicos y sexuales en prisión y que la profunda raigambre religiosa islámica del país ha llevado a muchos a huir o vivir ocultos, limitando los espacios donde pueden socializar libremente.
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