El 9 de mayo de 2012, Barack Obama, entonces presidente de los Estados Unidos, hizo historia al convertirse en el primer mandatario en ejercicio en expresar públicamente su apoyo al derecho de las parejas LGBT a contraer matrimonio. Esta declaración representó un cambio significativo respecto a su campaña electoral de 2008, cuando se manifestó en contra del matrimonio entre personas del mismo sexo, aunque se mostró a favor de las uniones civiles como alternativa.
La relevancia de este acontecimiento fue aún mayor si se tiene en cuenta que su anuncio se produjo apenas un día después de que los votantes en Carolina del Norte aprobaran una enmienda constitucional que prohibía tanto el matrimonio entre personas del mismo sexo como las uniones civiles para parejas homosexuales.
Este hito en la historia de la lucha por los derechos civiles de la comunidad LGBT no solo marcó un antes y un después en la política estadounidense, sino que también influyó en la percepción pública y en el debate sobre la igualdad de matrimonio en todo el mundo.
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